"Antes que nada agradecer tu interés por el tema que comentas (las torres en Punta Mogotes) y que es otro ejemplo más de apropiación empresarial o privatización del espacio y bienes públicos. Lo que en definitiva sucede es que en la valoración de las actuaciones urbanas sólo se tienen en cuenta la rentabilidad económica inmediata (costo-beneficio de la intervención) pero no se valoran los muchos otros factores implícitos en toda actuación sobre el espacio habitable, como son la destrucción del paisaje, de patrimonio, de formas de ver y vivir, de oportunidades futuras, los riesgos ambientales, etc.
Entiendo que son estos elementos "intangibles", por llamarlo de algún modo, lo que podrían sustentar la defensa de una situación como la que comentas. La tarea es dificil. En España estamos viviendo una situación similar en Valencia con la destrucción del barrio del Cabañal. Lo que en el fondo ocurre es la coalición, nada oculta, de políticos y empresarios para actuar con independencia de qué piensen los ciudadanos. Aquí la tarea parece perdida, pero se que en Sanitago de Chile, en el barrio de Vitacura, lograron parar la construcción de torres de vivienda obligando, juntando las firmas que la legislación establecía, a que el ayuntamiento realizase un referéndum sobre su implantación.
Resulta sorprendente que unas declaraciones de algo tan evidente (su nota en Página/12 y en este blog) hayan tenido el cierto revuelo que han tenido. El maltrato neoliberal a la ciudad (y a la sociedad, por lo que estamos viviendo) es enorme y en muchos caso irreversible; pese a ello, la deriva de las torres y de los edificios con formas cada vez estrafalarias y caras continúa y, lo peor, es la base de la enseñanza de nuestras escuelas. Acabo de estar en un congreso académico sobre el tema y he vuelto intranquilo, por no decir asustado, de la exclusiva predominancia de la explotación formal como único recurso arquitectónico."
Entiendo que son estos elementos "intangibles", por llamarlo de algún modo, lo que podrían sustentar la defensa de una situación como la que comentas. La tarea es dificil. En España estamos viviendo una situación similar en Valencia con la destrucción del barrio del Cabañal. Lo que en el fondo ocurre es la coalición, nada oculta, de políticos y empresarios para actuar con independencia de qué piensen los ciudadanos. Aquí la tarea parece perdida, pero se que en Sanitago de Chile, en el barrio de Vitacura, lograron parar la construcción de torres de vivienda obligando, juntando las firmas que la legislación establecía, a que el ayuntamiento realizase un referéndum sobre su implantación.
Resulta sorprendente que unas declaraciones de algo tan evidente (su nota en Página/12 y en este blog) hayan tenido el cierto revuelo que han tenido. El maltrato neoliberal a la ciudad (y a la sociedad, por lo que estamos viviendo) es enorme y en muchos caso irreversible; pese a ello, la deriva de las torres y de los edificios con formas cada vez estrafalarias y caras continúa y, lo peor, es la base de la enseñanza de nuestras escuelas. Acabo de estar en un congreso académico sobre el tema y he vuelto intranquilo, por no decir asustado, de la exclusiva predominancia de la explotación formal como único recurso arquitectónico."
2 comentarios:
Goycoolea es un crack
Uno de los mejores de la UAH
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