jueves, 15 de abril de 2010

Las torres en Mogotes y la sombra del narcolavado en Mar del Plata.

Noches atrás, en un canal de documentales, el mito de admiración de tantos viajeros argentinos caía como las torres gemelas: el programa mostraba los edificios de Miami, ampulosos, gigantescos, majestuosos. Y a la vez, los testimonios, que daban cuenta de que toda esa construcción se había hecho al costo de mucha, pero mucha sangre. El boom inmobiliario en la ciudad norteamericana mas latina fue fruto del lavado de dinero por parte de los carteles de la droga de Colombia, México y otros países que, para imponerse, armaron brutales guerras de pandillas por las calles de Miami.
Nos pusimos a investigar y el material es tan extenso que no da para una sola nota. No sólo en Miami, también en México, Punta del Este y hasta España. Ya en 1999 hubo una situación con ribetes parecidos en nuestra ciudad, que no sabemos en qué quedó en el terreno de la Justicia. El sitio Lavadodinero.com tituló una de sus notas: “El boom del narcolavado es la cueva del lavado de dinero. Donde hay un boom inmobiliario hay vulnerabilidad”. No se lo preguntaba, lo afirmaba.
Y el sitio cnnexpansion.com publica el pasado 29 de enero la siguiente nota:

LAVADO DE DINERO: HISTORIAS DE NARCO Y CONSTRUCCION:
Hasta el 30% del lavado de dinero en México se realiza a través de constructoras, y aunque el gobierno federal no sabe cuántas se vinculan con el crimen organizado, Estados Unidos ya tiene su lista.

Luis Carlos Carrillo Cano, sobrino del líder del cártel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes, (N. de la R.: El cartel de Juárez es el que, gracias al martillero Nicolás Di Tullio, acusado de ser su testaferro en Argentina, habría ayudado a "lavar" casi 17 millones de dólares mediante la compra de campos, estancias, departamentos y lotes en la costa Atlántica.) amplía, a través de su constructora, la cárcel estatal en Cancún, que albergará a 252 reclusos.
La nota que publicó Milenio Diario el pasado 12 de enero (…)refuerza la conclusión de que el 30% del lavado de dinero en México se realiza a través de la industria de la construcción, afirma Edgardo Buscaglia, profesor de Derecho y Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y director del Centro Internacional de Desarrollo Económico y Legal.
La construcción ocupa el octavo lugar de los 10 sectores productivos más usados para el blanqueo de recursos en el país, según las investigaciones de Buscaglia.
Y es que, sin ser detectadas aún por el gobierno federal mexicano, las inversiones de cárteles del crimen organizado se esconden entre el cemento y las varillas de constructoras en el país o de mexicanos en otras naciones.
La necesidad de los cárteles de hacer legales sus ganancias, los obliga a generar una maquinaria “empresarial” con alto grado de inteligencia y sofisticación financiera, altamente efectiva, pues “antes de que pueda ser detectada pasarán –al menos– cinco años de operación”, señala Buscaglia, quien participó en el Reporte Mundial de Drogas, que publicó la Organización de las Naciones Unidas.

La Cosa Nostra mexicana

En los años 70, la mafia italiana halló en la construcción no sólo un gran negocio para blanquear dinero, sino una forma de control sobre las regiones donde ganaban licitaciones de infraestructura.
En Sicilia y Calabria, la mafia llegó a operar alrededor de 200 constructoras, relata Stefano Fumarulo, responsable de la oficina de prevención de la delincuencia organizada en Bari, Italia.

Viejos cimientos, nuevos fondos

“La edificación de zonas residenciales ostentosas, desarrollos turísticos y centros comerciales, convirtió la industria de la construcción en uno de los mejores métodos para esconder en la economía legal las inversiones ilícitas en todo el país”, afirma Martín Barrón, profesor investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).
La mayoría de las constructoras ilícitas son creadas en el extranjero con capital mexicano originado por el crimen organizado, cuyos nexos ‘empresariales’ llegan ya a 47 países. “La presencia de organizaciones criminales mexicanas es evidente en Argentina, Honduras y Guatemala, esta última, afectada en un 85% por la infiltración criminal en sus sectores económicos”, afirma Buscaglia.
En Venezuela, Ecuador y Paraguay, ya comienzan a circular pequeños montos de capital en empresas fantasmas, que una vez "limpiados e integrados" en la economía real de esos países, se depositan o transfieren a las constructoras mexicanas. A su vez, México también es utilizado por narcotraficantes extranjeros, en especial de origen colombiano, para el lavado de dinero vía el sector de la construcción y los bienes raíces.
Por Celina Yamashiro

¿Será este nuestro futuro? Está en nosotros y en nuestros dirigentes evitarlo ¿de qué lado estarán? Me imagino...

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