martes, 20 de abril de 2010

Menefrega

Eso parecen decir los "portadores del progreso" de la calle Sicilia 1670, que en las últimas semanas han quitado del frente de la obra no sólo la dirección de la misma, sino también cualquier otro dato que, según las ordenanzas, debe figurar en ese lugar, en el que sólo quedaron carteles publicitarios en mal estado. (Foto 1) (¿Habrá una amistad con el inspector de la obra?)
Pero más allá de este detalle, desde que la obra comenzó le han hecho la vida imposible a la familia que vive en el típico chalet de al lado, el cual, de acuerdo a los pensamientos del arquitecto de la Torre Adler, no es obsoleto, ya que cuenta con cañería plástica. Por empezar, han utilizado un retiro de frente menor al de la casa vecina (Ver las flechas rojas en la foto 2). Habrá que ver si éste respeta los 3 metros que el Código de Ordenamiento Territorial exige para esta zona, identificada con el indicador urbanístico R3. Los constructores planean realizar allí cinco pisos que van a acabar con la intimidad y muchas de las virtudes que la casa de al lado tenía en su fondo, y esperemos que no excedan los 13.60 metros de altura máxima que el mismo Código antes mencionado establece. Pero antes de eso, le han destruido el techo, con el consiguiente riesgo de que, al estar rotas las tejas, la lluvia pase por entre éstas y la casa se inunde ante cualquier tormenta.
El propietario, alarmado, recurrió a los constructores, que en todo caso lo han ninguneado y hasta patoteado. Desde ya que éstos no pueden pretender que el dueño del chalet se refiera a ellos amablemente: objetos contundentes de todo tipo han caído sobre el patio trasero de la casa, sin que nadie del armazón de cemento se muestre tan siquiera preocupado, representando un peligro gravísimo para los habitantes de la misma y sus eventuales visitantes. Las paredes del chalet están sufriendo y nadie se hace cargo. Según nos contó el dueño de la casa, imagínense en qué estado de enojo, los constructores dicen que la edificación se realiza gracias a una ordenanza por excepción mas, que nos gustaría comprobar si es cierta. Lo cierto es que una familia sufre la impunidad con la que se manejan estos señores, que se creen dueños de las vidas de los vecinos, cuyas existencias arruinan gracias a las ventajas que obtienen de algún funcionario no muy respetuoso de las reglas y la condición moral. En otra foto vemos esa especie de andamio que han colocado para evitar que mas elementos caigan sobre la pobre vivienda.
Pensar que estos individuos son los que nos llaman "mediocres" o "atrasados". Lo somos a tal punto que toda esta movida la hicimos por medio de Internet, Facebook y el buen apoyo de la prensa. Destruir una casa que debería gozar de algún tipo de protección patrimonial, para cuyos dueños es la única vivienda y sin contar con la posibilidad de venderla por el menor valor que hoy obtendrían por ella. A eso, a ese maltrato, a ese patoterismo legal se le llama progreso. De mas está decir que preferimos la mediocridad en la que hemos elegido vivir.

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