lunes, 5 de abril de 2010

Otra siesta.

El fin de semana largo, las comidas, la ingestión de tanto chocolate pascual, nos dejaron el estómago pesado. Así que esta tarde, frente a la computadora, me pegué una dormidita abrupta, a salvo del jefe, que a esa hora debe estar haciendo lo mismo...¿Y a que no saben? ¡Tuve otra pesadilla! Soñé que reuníamos la información de un montón de obras del barrio en cuyos carteles no constaban los datos reglamentarios para que éstas funcionen, y los llevábamos a la Municipalidad. Sin embargo, al cabo de un tiempo, las obras continuaban sin poner la informacíón en los carteles. Indignados, con la lista actualizada, nos dirigíamos a la Municipalidad, fuera del horario de la siesta, claro, y allí reclamábamos por esta anomalía y preguntábamos el nombre del inspector. Y como en una película de Hitchcock, ¡el inspector era el arquitecto de otra obra de la zona, hacía la vista gorda y sus superiores jamás lo controlaban! Me desperté cuando mi cabeza ya caía del borde del escritorio, sobresaltado. Menos mal que sólo era un mal sueño...

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