Cada tanto escuchamos de personajes que aparecen ante la sociedad como que “la tienen clara” acerca de qué hacer con este país, una idea que suena como la redención misma: “Acá hay que fijar cuatro o cinco políticas de Estado, sostenerlas durante años y ejecutarlas no importa quien gobierne”. Suena muy lindo y la gente se entusiasma, pero ¿no es una manera de saltear la opinión popular sobre un tema, dejando que "los que saben" decidan por nosotros y dejando para el gobernante llevar a cabo realizaciones de poca monta? ¿no corremos peligro de que se terminen ejecutando políticas contrarias a lo que elegimos en las urnas y que nos afecten negativamente a todos y que acaso privilegien intereses de sectores influyentes? Bueno, en Mar del Plata ya tenemos el Plan Estratégico que se encarga de “asesorar” sobre políticas de desarrollo de la ciudad. Sin embargo, no somos una ciudad a la que le vaya particularmente mejor que a otras del país. Más bien nos va peor. En el Plan Estratégico están representados todos los sectores que defienden la idea de llenar nuestro barrio de torres: el Colegio de Martilleros, el de Ingenieros, Arquitectos, el Centro de Constructores, la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Balnearios, etc. junto a los bloques representados en el Consejo Deliberante, la UCIP y otros.
Pero como si esto fuera poco, hace tres meses el intendente creó, por decreto, el Consejo Asesor de Inversiones de Desarrollo Urbano e Infraestructura del Partido de General Pueyrredon, mas conocido como Consejo asesor de inversiones inmobiliarias. ¿Para qué, si ya existía el Plan Estratégico? Bueno, los fundamentos del decreto establecen que este Consejo “contribuirá a la concreción del Proyecto de Ciudad y de Partido definido en el Plan Estratégico Mar del Plata.”. Sin embargo, su independencia es relativa, puesto que fue ubicado en la órbita de la Secretaría de Planeamiento Urbano, es decir, José Luis Castorina, es decir, el Presidente del Colegio de Arquitectos, quien también lo presidirá en representación del Intendente y a la vez será uno de los dos representantes titulares del Departamento Ejecutivo en el Concejo, además de que su secretaría será la autoridad de aplicación del mismo y desempatará en caso de empate en los votos. Todo muy complicado. ¿Y quién lo integra, además? dos miembros del HCD, uno por el bloque oficialista y el otro será elegido entre los demás bloques, la Cámara Argentina de la Construcción, el Centro de Constructores, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, el Colegio de Ingenieros, el Colegio de Martilleros ¿los tienen? Los mismos que están en el Plan Estratégico. Pero también lo integran dos miembros del Plan Estratégico!, de los cuales uno debe ser el Coordinador de la Comisión Mixta del mismo. Mucho lío.
Las funciones del Consejo asesor de Inversiones son:
“Proponer medidas (…) conducentes al mejor desarrollo de la política de inversiones en materia de desarrollo urbano e infraestructura; así como a la mayor eficiencia y optimización de la interacción entre los sectores públicos y privados; en su caso, proponiendo normativas que faciliten, estimulen y alienten la inversión privada, asesorar al Departamento Ejecutivo en materia de inversiones de desarrollo urbano e infraestructura. En general, en la formulación de políticas de inversión; y, en particular, con relación a los proyectos y/o programas de inversión específicos y determinados que sean enviados para su conocimiento y opinión, Analizar proyectos, ideas y propuestas de inversión pública y privada que permitan fortalecer el desarrollo integral del Partido de General Pueyrredon en general, y en particular de sus áreas y corredores productivos y turísticos, como así también de su conexión y articulación a escala urbana y regional.”
Algo no muy diferente a lo que propone el Plan Estratégico y en todo caso, redundante o una búsqueda más de puentear la voluntad popular. No se preocupen, que lo pagamos entre todos. Noten que en el Consejo Asesor sólo se habla de inversiones privadas y no hay ningún vecino de la ciudad representado más allá de la exigua representación que apenas dos concejales, de los cuales uno seguirá instrucciones del Ejecutivo, puedan ofrecer. Es decir, el espacio necesario para generar ese tipo de "asesoramiento" que termina siendo la justificación del Ejecutivo para hacer ciertas cosas y a la vez, para deslindar responsabilidades de sus fallas en el ente asesor, cuya mecánica de funcionamiento siempre estará en una especie de nebulosa que elude la información al público. Y presentar ante la sociedad una suerte de “respaldo colegiado” para la concreción de los mas oscuros negociados que terminarán por cambiarnos la vida, no precisamente para bien.
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