En la misma nota en la que agravió a Punta Mogotes, Luis Silva se despachó con algunas de esas mentiras que estos sujetos pretenden hacer creer a la gente por el sólo hecho de que las dicen con seriedad, traje y corbata. Veamos lo que le respondió a Matías Frati en Radio Brisas el último viernes:
"-La ciudad sigue creciendo. Necesariamente va a crecer, porque tiene un crecimiento vegetativo...-" Primera mentira: según las cifras del censo 2001, Mar del Plata contaba con 564.056 habitantes, y los datos del censo 2010 dicen que Mar del Plata tiene 616.142 habitantes. Esto representa un crecimiento vegetativo de apenas un 9.2 %. Es decir, 52.086 habitantes más que en 2001, distribuidos en todo el partido, entre Mar del Plata y Batán. No creemos que todos esos nuevos habitantes sean de clases medias altas como para presionar hacia arriba en forma notoria el mercado inmobiliario, sobretodo habiendo tanta oferta de viviendas desocupadas en la ciudad. Pero Luisito sabe esto, entonces intenta corregirse con otra mentira: "-...(la ciudad tiene) un crecimiento de migración de gente que viene hacia la ciudad...-" Otra falsedad, porque en las cifras de ambos censos, este aspecto está incluido: cuando el censo dice que el crecimiento vegetativo es de 9.2%, esa cifra tiene en cuenta los nacimientos, los decesos, las inmigraciones, las emigraciones, etc. Y remata con otra mentira más: "-y tiene (la ciudad) un crecimiento de gente que quiere irse de las casas para irse a departamentos por una cuestión de seguridad...-" Como si hubiera hordas de personas en pánico dispuestas y en condición de pagar alrededor de 2000 dólares en promedio por metro cuadrado para irse a vivir a un departamento, y como si en este tipo de viviendas no se robara. Hace apenas horas a un concejal le saquearon ¡su departamento!, por mencionar sólo un caso. Nadie que viva en los barrios en los que se sufre la inseguridad puede irse a vivir a un edificio en la costa. En realidad esto último obedece a las dos sensaciones a las que esta gente una y otra vez recurre y pretende imponer imponer en la población. La de este caso, el miedo.Y la otra es la de "civilización o barbarie", que se traduce en frases como: "están los inversores a las puertas de la ciudad y por un empecinamiento en viejas cuestiones, se van a ir a otros lados", y pretender meternos en la cabeza que si el inversor -privado- entra, Mar del Plata va a ser una ciudad del Primer Mundo, cuando en realidad, el ciudadano común nunca va a ver ningún beneficio en estas supuestas inversiones, ni su vida va a comenzar a desenvolverse en esa especie de "progreso futurista" que estos tipos pregonan. ¿no escuchamos cosas parecidas entre el '89 y el '99? Ay, Luisito, hay muchas mentiras por metro cuadrado en tu discurso!!!
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